Brave heart

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- ¡Hermano! – Soren oyó un golpe seco tras de sí y se giró a comprobar el estado de su comandante.
- Oh, mierda. ¡Ike! – Se arrodilló junto al cuerpo inconsciente del peliazul para comprobar sus constantes mientras el rugido del enemigo se aproximaba. Probablemente el mango de una de las hachas arrojadizas le había golpeado la sien.
- Soren, ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Corre! – El grito de Titania le hizo levantar la cabeza. Los mercenarios estaban ya bastante lejos, intentando escapar de la emboscada que tan diestramente les habían tendido.

“Tan solo un segundo separa el valor de la rendición. Pero correr no es una opción, lo único que puedo hacer es avanzar. Avanzar por ti, abriéndote camino. Porque solo tú puedes lograrlo, solo tú puedes ser la ansiada luz para los que llevamos tanto tiempo esperando en la oscuridad.”

Intentó cargar el peso del mercenario sobre su hombro, pero era demasiado para él. El cuerpo inconsciente cayó al suelo. Pidió ayuda a sus compañeros, pero estaban demasiado lejos. Los soldados llegarían antes que ellos. Era comprensible, puesto que Ike y él se habían quedado los últimos para cubrir la huida de sus compañeros. Titania seguía gritándole que corriera. Se le acababa el tiempo, ¿Qué debía hacer?

“Siempre he tenido una fe ciega en ti, en los sueños que te has propuesto realizar, pero, ¿qué harías en mi situación, si fuera yo el que estuviera en peligro? Lucharías para protegerme hasta el final, sin ninguna duda, porque tu corazón es valiente. ¿Y yo ¿Puede ser que esa fuerza resida también en mi interior? Quiero encontrar ese valor dentro de mí, quiero que arda con fuerza para poder proteger esa luz. Tu luz.”

Por un momento, tuvo la sensación de que el tiempo se había parado, como si todo a su alrededor ocurriera a cámara lenta. Fue consciente del ruido atronador de los cascos al galope; de la respiración pesada de su comandante, que yacía en el suelo, indefenso; de lo que quedaba de su libro de magia en su cinto, que no había aguantado la presión brutal de su magia en aquella lucha encarnizada; del bastón de curación que sujetaba entre las manos, en un intento desesperado de devolver la conciencia al peliazul; de las nubes grises que cubrían el cielo.

“Las nubes cubren el cielo, es cierto. Desde que puedo recordar mi mundo ha estado cubierto por las sombras, mi corazón inundado por la lluvia. No había ningún rayo de sol en él pero, ¿acaso no he luchado igualmente? ¿No he seguido avanzando y avanzando a pesar del agotamiento, con una convicción rayante a la locura de que habría algo al final del camino? Nunca he tenido un mapa, una guía que seguir, siempre ha sido así con los de mi especie. No se sabe nada de nosotros, de lo que podemos o no hacer, de lo que nos merecemos o no. Nadie se ha molestado en escribir libros sobre nosotros, más que para decir cómo identificarnos y destruirnos. Pero, ¿acaso eso significaba que no podemos hacer nada? ¿O, por el contrario, significaba que podemos hacer cualquier cosa?”

Un rayo de luz atravesó en aquel momento las nubes, descubriendo bajo el manto gris que les rodeaba un mundo lleno de colores vibrantes.

“Quizás también hay un nuevo yo bajo la máscara gris tras la que me intento ocultar, un nuevo valor que me dé fuerzas para protegerle. Si, puedo sentirlo, una fuerza dentro de mí, oculta bajo el miedo que me ha refrenado durante toda mi vida. Puedo hacer que despierte si creo en él, si mi corazón es lo bastante valiente. Estoy seguro de que mi condición no me ha venido únicamente dada para sufrir por ella, hay algo más. Y pienso descubrir que es.”

El pequeño mago se levantó, sujetando aún el bastón. Se giró para encarar a los soldados que venían hacia él y separó las piernas, preparándose para recibir la embestida. Los soldados enemigos se rieron a lo lejos, sus compañeros gritaron asustados tras de él, creyendo que se había vuelto loco. Pero no escuchó sus advertencias. Flexionó las rodillas y alargó los brazos a lo largo del bastón, notando como su energía se mezclaba con la suya propia. Cerró los ojos, intentando canalizar las energías que se entrelazaban con su espíritu. Y entonces los abrió de nuevo.

“Todas mis dudas se disipan. La fe en tus palabra es aún mas fuerte. Tú siempre has creído en mi poder, en que podía hacer cualquier cosa que me propusiera. Y lo que me propongo ahora es protegerte. No voy a permitir que la confianza que has depositado en mí sea infundada. Las cadenas del miedo me han atado durante demasiado tiempo. Ha llegado la hora de que las rompa, de que deje atrás mi debilidad. Por ti, Ike. No vas a morir aquí sin haber cumplido tus sueños. Y yo tampoco.”

Los jinetes llegaron a su altura y blandieron sus armas para rematarles, sin tener siquiera intención de parar a sus caballos. Un grito resonó en el bosque. Un sonido gutural más cercano al rugido de un dragón que a una voz humana. Los caballos se encabritaron asustados. Con una fuerza desconocida hasta entonces, Soren golpeó fuertemente con el bastón, hendiendo el aire, que se convirtió en un remolino. El viento a su alrededor se propulsó hacia delante como un huracán, arrasándolo todo a su paso. Y entonces el mundo en torno a ellos explotó.



- ¡Ike! Responde, ¿estás bien? – El peliazul abrió los ojos, y la mirada asustada de Titania se dibujó ante ellos. Sus ojos tenían un matiz de desconcierto que le preocupó
- ¿Que ha pasado? – Miró a su alrededor. Seguían en el camino por el que estaban huyendo, pero no había rastro de los soldados enemigos. Algunos árboles habían caído al suelo. Todos parecían sorprendidos y desconcertados.
- Algo te ha golpeado en la cabeza mientras huíamos y has caído inconsciente.
- ¿Y como es que no estoy muerto y prisionero? No me malinterpretes, me alegro profundamente de ello pero... – La pelirroja miró hacia el suelo, un poco detrás de él. Soren estaba inconsciente, entre los brazos de Rhys que intentaba reanimarlo. Sus ropas y su pelo estaban enredados, como si le hubiera pasado un tornado por encima. Se acercó preocupado, pero el sacerdote le dedicó una sonrisa nerviosa indicando que todo iba bien.
- Solo ha caído inconsciente por el agotamiento. No sabemos muy bien que ha pasado, pero parece... bueno, se que sonará a locura, pero... – En los ojos de sus compañeros pudo ver que ninguno acababa de creerse lo que había pasado. – Bueno... Cuando estabas en el suelo, Soren se ha plantado delante tuyo y, con un solo gesto, ha hecho volar por los aires a todo el que había frente a él. No se como es posible que...
- Yo si. - Los mercenarios miraron extrañados a su comandante que, lejos de parecer extrañado, sonreía tranquilo, como si se hubiera quitado un peso de encima. Se había percatado de la sonrisa de felicidad que había dibujada en la cara del mago. – Parece que por fin Soren ha empezado a creer en si mismo.

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- Brother! - Soren heard a plonk behind him and turned to check the status of their commander.
- Oh, shit. Ike! - He knelt beside the unconscious body of the blue-haired to check their constant while the roar of the approaching enemy deafened him. Probably the handle of a tomahawk had beaten his temple.
- Soren, What think you're doing? Run! - Titania's scream made him raise his head. The mercenaries were already quite far, trying to escape the ambush that they had tended so skillfully.

"Just one second separate the courage of the surrender. But running is not an option, all I can do is move forward. Advance for you, to work your way. Because only you can do it, only you can be the desired light for which we have been waiting so long in the dark. "

He tried to carry the weight of the mercenary on his shoulder, but it was too heavy for him. The unconscious body fell to the ground. He sought help from his teammates, but they were too far away. It was understandable, because Ike and he had been the last to cover the escape of his comrades. Titania continued yelling at him. Time was running out, what should He do?

"I always had a blind faith in you, in dreams you set out to do, but what would you do in my situation, if I who was in danger? Fight to protect me until the end, no doubt, because you have a brave heart. And what about me? Could it be that this force also resides within me? I want to find that value in me, I want to burn with strength to protect the light. Your light. "

For a moment, he felt like the time had stopped, as if everything around him happened in slow motion. The sage was aware of the deafening noise of galloping hoofs; the heavy breathing of his commander, who was lying on the ground, helpless; the remains of his magic book in his belt, who had not endured the brutal pressure of his magic in the bitter struggle; the healing staff that he was holding between his hands, in a desperate attempt to restore consciousness to the blue-haired; the gray clouds covering the sky.

"The clouds cover the sky, it is true. Since I can remember my world has been covered by the shadows, my heart flooded by rain. There was no sunshine in it, but I have continued fighting despite all, isn't it? I have continued to advance and progress despite the exhaustion, with a belief verging to madness that I'll find something at the end of the way. I've never had a map, a guide to follow, It has always been the case with people like me. Nothing is known of us, about we can do or not, what we deserve or not. No one has bothered to write books about us, only about how to identify us and destroy us. But does that mean we can not do anything? Or, conversely, mean that we can do whatever? "

A ray of light pierced the clouds at that time, discovering under the gray blanket around them a world full of vibrant colors.

"Maybe there's a new me under the gray mask behind which I try to hide me, a new courage to give me strength to protect him. Yes, I can feel a force inside me, hidden under the fear that has chained me throughout my life. I can make it wake up if I believe in it, if my heart is brave enough. I'm sure that my condition has not only given me to suffer for it, there's more. And I will discover that this is. "

The little magician got up, still holding the staff. He turned to face the soldiers who came to him and spread his legs, preparing to receive the onslaught. Enemy soldiers laughed in the distance, his teammates screamed behind him scared, thinking that he was crazy. But he heard no warnings. The sage flexed his knees and extended his arms along the stick, noting how their energy is mixed with his own. He closed his eyes, trying to channel the energies that were intertwined with his spirit. And then he opened them again.

"All my doubts were dissipate. The faith in your words is even stronger. You've always believed in my power, I could do anything I wanted. And is for this that I'll protect you. I will not allow that your trust in me were vanish. The chains of fear tied me for too long. It's time to break it, to leave behind my weakness.. For you, Ike. You will not die here without fulfilling your dreams. Neither I"

The riders reached their height and brandished their weapons to finish them. A scream echoed through the forest. A guttural sound closer to the roar of a dragon than a human voice. The horses reared up, afraid. With a hitherto unknown force, Soren hit hardly with the staff, cleaving the air, which thus became a whirlwind. The wind around them was propelled forward like a hurricane, destroying everything in its path. And then the world exploded around them.



- Ike! Respond, are you okay? - The blue-haired opened his eyes, and Titania's frightened gaze appeared before him. His eyes had a tinge of bewilderment that he was concerned.
- What happened? - He looked around. They were on the road by which they had fled, but there was no sign of enemy soldiers. Some trees had fallen to the ground. Everyone seemed surprised and puzzled.
- Something beat you in the head while we were running and you has fallen unconscious.
- And why I'm not dead or imprisoned? Do not get me wrong, I'm happy for this but... - The redhead looked down, a little behind him. Soren was unconscious in the arms of Rhys who tried to revive him. His clothes and his hair was tangled, as if a tornado had passed over him. The mercenary came near, worried, but the priest gave him a nervous smile indicating that everything was fine.
- It has only fallen unconscious from exhaustion. Do not really know what happened, but it seems ... Well, that sounds crazy, but ... - In the eyes of his companions he could see that they not just believe what had happened. - Well ... When you was on the ground, Soren has been planted in front of you and, with a single gesture, made blow to all who were before him. I don't understand how...
- I do. - The mercenaries looked puzzled his commander that, far from seeming surprised, smiled relieved. He had noticed the smile of happiness drawn on the face of the magician. - It seems that Soren has finally begun to believe in himself.